martes, 28 de mayo de 2013

La empresa red y el devenir de la innovación en las organizaciones

Releyendo a Manuel Castells en el capítulo 3 del libro de La sociedad red: La empresa red: cultura, instituciones y organizaciones de la economía informacional. 

Lo que nos plantea el autor parte del alcance global de la economía informacional y su incorporación en contextos culturales/nacionales extremos: desde Estados Unidos, Rusia o China, y como en su dinámica se desarrolla una nueva lógica organizativa que se apalanca, aunque no de forma dependiente, en los nuevos estándares tecnológicos: la empresa red.  
En una lógica organizacional, la empresa red sería la forma específica de empresa cuyas unidades se componen de sistemas de medios (autónomos) que son el instrumento necesario para llegar al fin del conglomerado empresarial, jerárquicamente organizado por las élites de una empresa matriz que signó el capitalismo industrial y los albores multinacionales de la posmodernidad.
Castells, en un principio nos habla de la lógica organizativa que impera en la cultura informacional de esta nueva economía; para la cual es necesario contar con organizaciones y con una serie de instituciones que legitiman en nuevo paradigma. Como organizaciones entendemos una serie de sistemas concretos de recursos orientados a la realización de metas específicas; y las instituciones serían las estructuras que cuentan con la autoridad necesaria para llevar a cabo unas tareas específicas en nombre de la sociedad.
Castells argumenta que el cambio organizativo hacia la empresa red se gesta en la década de 1980 como resultado de una reestructuración económica, tras la segunda crisis del capitalismo industrial que llevó a la fase informacionalista de la sociedad y a sus nuevas organizaciones. En su proceso interactúan varios factores
·         Una gran división tanto en la organización de la producción como en los mercados.
·         Cambios encaminados a una difusión de la tecnología de la información.
·         Estos cambios persiguen una meta orientada a una adaptación de las transformaciones que se están produciendo en la economía, de carácter institucionales y tecnológicos.
·         Muchos de los cambios organizativos van destinados a redefinir procesos de contratación y trabajo: maximización en la automatización de puestos de trabajo.
·         Una gestión del conocimiento y del procesamiento de la información, como vías imprescindibles para las organizaciones que funcionan dentro de una economía informacional global.
Dentro de las tendencias organizativas que se observan, encontramos que:
1. En el mercado, las empresas pasan  de la producción en serie a la producción flexible. Con el cambio tecnológico y la demanda que se vuelve impredecible, el sistema de producción vertical queda obsoleto y resulta costoso, las fuerzas de adaptación a la nueva economía imponen un sistema de producción flexible, donde la producción se acomoda a las variaciones del mercado (flexibilidad del producto y del proceso), programando fácilmente las cadenas de producción.
2. Son las pequeñas empresas las que mejor se adaptan a la nueva economía con formas de producción flexibles para la economía informacional, pero se encuentran subcontratadas por las grandes firmas, que según Castells, aunque no se hundan si que entran en crisis ya que no se han adaptado a las nuevas condiciones flexibles de mercado y mantienen una estructura vertical de producción (buscan esa flexibilidad en las que son más pequeñas).
3. Ocurre una revolución en los métodos de gestión: el “toyotismo” sustituye al “fordismo”. Es un nuevo modo de gestionar el proceso labora, donde la producción depende directamente de una red de proveedores independientes de la estructura empresarial, y reina una filosofía basada en el consenso y el trabajo de equipo, donde fluyen las vías de conocimiento que amplían su experiencia.
4. Existen vínculos inter-empresariales, donde se crea una interconexión entre distintas empresas, a través de la subcontratación y franquicias. Se crean redes multidireccionales entre una gran compañía y pequeñas y medianas empresas.
5. Se generan modelos de  alianzas estratégicas: dos o más empresas se unen para depurar una nueva tecnología o lanzar un producto, siempre en busca de la innovación. Pero estas alianzas no acaban con la competencia, una alianza puede tener un fin determinado en un área determinada.
Castells, en un rescate de las investigaciones empíricas como ejemplo a su exposición sobre la empresa red, nos habla de las redes empresariales en el este asiático, que se constituyen en referentes prácticos de organizaciones de la nueva economía informacional:
En Japón, se organiza bajo redes de firmas que se poseen mutuamente y por sectores y se caracteriza por ser una red jerárquica basada en el trabajo en equipo y autónoma; además de mantener variables como el proteccionismo y la flexibilidad.
Mientras en Corea, nos encontramos con una red que es controlada por holdings, individuales o familiares; de las cuales, también es de destacar puntos como el apoyo que reciben del estado, las firmas multisectoriales o la represión sindical.
Por último China, en su análisis cabe destacar el hecho de que se compone de firmas familiares constituyendo una red intersectorial, gran importancia a la familia que se convierte en una familia especializada y la firma en herencia familiar que conlleva a la diversificación y descentralización; y el respaldo de un estado central y un capital financiero.
Estas redes tomando el análisis brevemente expuesto, nos llevan a sacar tres puntos relevantes:
·         son culturas mezcladas entre sí, que mantienen altos valores institucionales
·         a la hora de construir sus mercados se le otorga un papel muy importante al gobierno
·         se afirma ante todo, la identidad y cultura nacional, ello lo llevan a cabo mediante la competencia y la programación
Este análisis de las redes empresariales muestra además, como la producción, instituciones y cultura, dependen de su organización, pero es necesario tener muy en cuenta que esta organización está limitada por las leyes de mercado, como visión económica clásica. Pero en los análisis empíricos, vemos como se comienza a reemplazar por un surgimiento de redes internaciones de firmas como organización básica de la economía global; donde la mayor parte de la actividad económica de las principales industrias se organiza en torno a cinco tipos de redes:
o    Las redes de proveedores: serían en las que se dan acuerdos de subcontratación, manufactura de equipo y diseño original, entre un cliente y aquel que le abastece de medios para su producción.
o    Las redes de productores: en ellas se dan acuerdos de coproducción que ayudan a aunar capacidades de producción, recursos humanos y financieros.
o    Las redes de clientes: vínculos entre fabricantes y distribuidores, los canales de mercado y los usuarios finales.
o    Las coaliciones de normalización: incluirían una serie de normas globales con el fin de atrapar el mayor número posible de firmas en exclusiva para su producto.
o    Las redes de cooperación tecnológica: tramitan la adquisición del diseñó de una producto y su tecnología de producción, esto favorece la producción y el proceso de desarrollo conjunto compartiendo, además el conocimiento científico y el I+D.
Castells, aclara que aunque surjan estas redes, esto no implica una desaparición de la empresa multinacional. En este sentido el autor plantea las redes pueden orbitar alrededor de empresas multinacionales en relaciones de colaboración / cooperación con pequeñas y medianas empresas. También plantea que a medida que evoluciona el proceso de globalización, las formas organizativas evolucionan de las empresas multinacionales a redes internacionales superando a las “transnacionales”.

viernes, 24 de mayo de 2013

Paradigmas

Antes de seguir comparto un video sobre los paradigmas que vale tener en cuenta en el contexto... El estilo del showman... no me convence. Pero los datos están bien....
http://www.youtube.com/watch?v=hLCwGNl3eNk


La parada suicida


Soy un tipo caótico. Por ello admiro a la gente que puede llevar un registro de sus experiencias profesionales y académicas y así llegar al final de curso en toda calma para entregar sus memorias de asignatura.Los hay pocos, pero los hay. Así que luego de manifestar mis respetos a mis colegas bien plantados en la aplicación, y por primera vez, voy a registrar de manera oficiosa una fase reiterada en mi proceso de aprendizaje, y que yo he bautizado como "la parada suicida". 
Se trata de un símil inspirado en esas películas estadounidenses de los años ochentas, en las que muchos personajes intentaban remediar sus conflictos existencias lanzándose al vacío, luego de un angustioso proceso de depresión o ansiedad, y justo llegado llegado al borde, y con la brisa en la cara, "ven pasar todos los momentos de su vida en segundos"... Acto seguido, la decisión: saltan y hasta allí llegó la cosa, o se dejan de bobadas y van por un Whisky (son gringos no lo olvides) para bajar la presión y replantearse la vida.
Pues bueno, tanto por lo interesante del método, por lo que he aprendido, y sobre todo por lo que he disfrutado el trabajo con mis compañeras de grupo, " hoy me lanzo la parada suicida" con esta asignatura de Innovación y Desarrollo, justo antes que la asignatura llegue a su fin y de que yo me vaya por mi respectivo elixir...

Momento I

De lo que comenzamos a escribir: Innovación.

Cuando iniciamos la asignatura, como comunicador tenía una concepción de la innovación muy articulada por el sentido común, es decir, como un sinónimo de novedad, como la aplicación de técnicas para el diseño y producción de un bien hasta ahora desconocido, o como el alcance de alguna investigación científica en cualquier campo que es puesta a la orden del mercado en algún formato de presentación: desde un teléfono móvil, hasta cápsulas de terapia hormonal. Y es que hasta el diccionario de la Real Academia Española (y dicho sea: últimamente me he sentido más afectado por el despegue que de la realidad tiene este instrumento de nuestra lengua. ¿No te ha pasado?) no la pone distinta:
Innovación: "1. f. Acción y efecto de innovar" (Obvio :-). 2. f. "Creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado".
Y cómo ya puede percibirse ya la economía, ha sido uno de los dominios que más sesgo le ha puesto a este campo del conocimiento, o de la aplicación del conocimiento, que terminará siendo una de las definiciones más interesantes en las post-rimerías de esta parada.
Lo cierto es que desde sus orígenes la innovación fue magma de organizaciones con mejor desempeño al innovar: las industrias. Desde las productoras de armamento militar hasta los fabricantes de las más cotidianas invenciones como los bastoncillo de algodón, los hisopos (si quieres saber de esos pequeños inventos indispensables recomiendo un artículo en este enlace http://bit.ly/13P6e4q).
Me valgo de un artículo de la Fundación Cotec (disponible aqui: http://bit.ly/9CnZlh) para evidenciar que tan dinámica puede llegar a ser la conceptualización de la innovación como proceso y práctica de aplicación del conocimiento. En el trabajo de Juan Mulet Meliá que ya he puesto a tu disposición en el link anterior, reseña como en la tercera edición del Manual de Oslo, publicada en 1997, se explica que que innovar "es utilizar el conocimiento y generarlo si es necesario, para crear productos, servicios o procesos que son nuevos para la empresa, o mejorar los ya existentes, consiguiendo con ello tener éxito en el mercado".

Comenta Mulet que esta definición contiene tres precisiones importantes. Primera, la importancia del conocimiento, que habrá que generar sólo en caso de que sea necesario. Así las cosas, si ya hubiera un conocimiento disponible que se pudiera utilizar, no sería necesario realizar actividades de investigación y desarrollo, consideradas como aquellas capaces de crear nuevo conocimiento. "Por lo tanto, también hay innovación cuando se utiliza un conocimiento que ya existe y es incorporado a la empresa" ( o a cualquier forma de organización social sujeta a un fin). Segunda, los productos, servicios o procesos tienen que ser nuevos para la empresa en cuestión y no necesariamente para el mundo.
"Evidentemente, habrá innovaciones radicales y otras poco perceptibles en sus consecuencias, pero siempre que acaben en un producto, proceso o servicio que sea nuevo o mejorado, habrá innovación. Y tercera precisión, es necesario para que exista innovación que se esté “consiguiendo con ello tener éxito en el mercado”. Si la innovación no se traduce en beneficios no es innovación, será cualquier otra cosa.
El Manual de Oslo de 2005 es una revisión del anterior de 1997, y precisa en el panorama el universo de innovaciones no tecnológicas. Sostiene también que la innovación es la implantación de un producto, proceso o servicio nuevo o significativamente mejorado. Pero se introducen matices cuando se habla de  innovación en procesos: un nuevo método de comercialización, un nuevo método de organización para la práctica del negocio o una nueva forma de relaciones externas. 
"Por lo tanto, cuando se habla propiamente de innovación, se hace referencia a todo cambio, basado en conocimiento de cualquier tipo, siempre que genera valor y cuando tenga consecuencias económicas directas. Evidentemente, entre ellas están las innovaciones tecnológicas, que son las más estudiadas y también las más arriesgadas. Muchos estudios han demostrado que son las que generan más beneficios porque no solamente son causa de mejores prestaciones en la oferta de la empresa sino que son más difícilmente imitables y por lo tanto se mantienen en el mercado mayor tiempo como novedad" (Mulet, 2006).
Es interesante ver lo rápido que el concepto de innovación deja de estar anclado al pensamiento instrumental-tecnológico de los medios de producción y aborda los modos de organización del trabajo, las interrelaciones de los equipos en las empresas. Esta fugaz reseña abona a una transición a la transición de nos interesa como es la innovación en la organización social. Seguiremos en los límites de la empresa para luego destacar casos de innovación social.

Referencia bibliográfica
Juan Mulet Meliá (2006). La innovación, concepto e importancia económica. Ponencia presentada al Sexto Congreso de Economía de Navarra.


domingo, 28 de abril de 2013

El emprendedor: ¿oportunidad o mito?

En España, los emprendedores se han convertido en metáfora de salvación ante la crisis económica del país. La plataforma de reformas y recortes del gasto público que hoy se impone a la sociedad, lleva implícito abonar el terreno a esta prometedora forma de organización empresarial. Su potencial también abordaría retos en los campos de la innovación social. Como ocurre con muchas formas de organización productiva, el emprendimiento puede resultar innovador sin cuestionar las bases del sistema económico y social. Quizás por ello, el abolengo empresarial de este país intente promover una vanguardia de arriesgados emprendedores que ya no espere respaldos del Estado de Bienestar para salir a la caza del éxito. También desde la sociedad civil se comienza a digerir la categoría para acceder a financiamiento internacional en proyectos de emprendimiento social. Aunque la realidad, por ahora, sólo muestra que son contadas las iniciativas que logran sobrevivir a su planteamiento, con un tiempo de vida que no llega a los tres años, como lo señala es artículo de El País, que recomendamos leer.

http://economia.elpais.com/economia/2013/04/08/actualidad/1365432815_687685.html

miércoles, 20 de marzo de 2013

1. Referencias sobre Desarrrollo Comunitario, Producción y Consumo Alternativo.

Como parte de las primeras tareas en colectivo dentro de la asignatura sobre Innovación y Desarrollo, nos hemos planteado la revisión de materiales en los dominios del Desarrollo Comunitario, la Producción y el Consumo Alternativo. Comparto los resultados de una primer búsqueda con mi compañera Mareike Mueller

Documentos:


Recursos Digitales para el Desarrollo Económico Sostenible. Proyecto Red-Des: http://www.red-des.org/el-programa/tic-s-para-fortalecer-organizaciones/

Blog sobre Consumo Responsable: http://www.konsumoresponsable.coop/
Guía de Experiencias de Economía Social y Solidaria Norte-Sur: http://pdf2.hegoa.efaber.net/entry/content/1039/Experiencias_economia_social_castellano.pdf

La economía del bien común: La economía del bien común, una propuesta de un Modelo Económico Alternativo al sistema de mercado capitalista y a la economía planificada. Un modelo económico sostenible, por el profesor Martín Felber (Universidad de Viena)


Organizaciones
Portal de economía solidaria: http://www.economiasolidaria.org
Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social y Solidaria: http://www.ripess.org/?lang=es
Observatorio de Soberanía Alimentaria y Agroecológica: http://www.osala-agroecologia.org/spip.php?article82

Experiencias en desarrollo

TRÀMEC “una experiencia colectiva de productores/as agroecológicas de la Garrotxa”
Una reflexión interna del colectivo poniendo la mirada en la potencialidad de construcción de un Sistema Participativo  de Garantía.

El desarrollo local a escala humana: experiencias de desarrollo comunitario en el sector salud. Chile.

ESCUELA Y COMUNIDAD: Una experiencia de desarrollo comunitario.

MICROCRÉDITO Y DESARROLLO COMUNITARIO: Interfaces en las experiencias de Bancos Comunales ubicadas en el Cono Norte de Lima Metropolitana.
http://www.alter.org.pe/portal/files/serie1/03serie1.pdf 

martes, 19 de marzo de 2013


Sobre el Territorio y economías alternativas
Comentario sobre la lectura de José Luis Coraggio


Al momento de introducir el concepto de territorio, como el escenario para la construcción de relaciones productivas y sociales que sean cada vez más equitativas y respetuosas de la diversidad entre grupos sociales (étnicos o de clase social) y de éstos con el entorno natural donde se materializa esta construcción social, Coraggio distingue dos perspectivas: la primera que focaliza al territorio como un complejo-natural, que incluye a la población humana y sus asentamientos como una especie particular de la vida, y otra que desde el accionar humano “incorpora los conceptos de comunidad y sociedad como componentes del territorio, que se vuelve así una categoría abarcadora y abarcada, donde procesos naturales y sociales se interpenetran”.  

En este sentido se plantea el arribo a una primera instancia: todo ecosistema por más lejano que se encuentre está afectado por la sociedad humana, al tiempo que la manifestación de la vida es determinando de lo social. “Los seres humanos son así vistos como seres necesitados, sujetos (con sus comunidades y sociedades) a la materialidad básica de tener que resolver sus necesidades. Esto es lo que se postula desde la Economía para la Vida o desde la Economía Social y Solidaria”. Estas dos categorías se sustentan en el alcance de un objetivo: el Bien Vivir o el Buen Vivir.

Impulsadas por las iniciativas de auto reconocimiento y reivindicación de las comunidades indígenas en Latinoamérica, como concepto el Buen Vivir incluye el desarrollo de conductas en la vida comunitaria que son “solidarias con las condiciones de buena vida de los otros, rechazando la indiferencia individualista que propician el utilitarismo posesivo estrecho, así como las tendencias a una diferenciación destructiva del otro, si es que no autodestructiva”.

Esta proyección finalista podría concretarse en la economía comunitaria y en la economía social, dimensiones que pueden ser diferencias peque que Coraggio asume inseparables, pues la  comunidad es inherente a la naturaleza relacional de la humanidad, mientras que concepto de sociedad incorpora mayores complejidades políticas, “pudiendo incluso aparecer como una alternativa a la comunidad (cuando las personas completan su individuación-separación de la comunidad pero idealmente son ciudadanos inseparables de la sociedad moderna, no se puede vivir fuera de la sociedad)… Podríamos proponer que, mientras las sociedades modernas han separado en la realidad y en el pensamiento los campos político, económico, cultural entre sí, y todos estos del campo ecológico, en la comunidad se mantiene la unidad práctica y simbólica entre estos. Y que, por lo tanto, el territorio, como concepto y como realidad, ha sido diferenciado y fragmentado como resultado del proyecto de la modernidad y el capitalismo,  mientras que en algunas regiones la persistencia de la comunidad ha resistido total o parcialmente esa tendencia”.

Esta persistencia de la lógica comunitaria es heterogénea sometida por la hegemonía capitalista. Aun así, en distintos campos de la realidad social latinoamericana, se muestran desde el punto de vista económico, rasgos de multiplicidad que van desde la implantación total del modo de producción y reproducción capitalista globalizado, hasta la subsistencia precaria de la vida campesina y los principios de reciprocidad y respeto por la naturaleza de la cosmovisión originaria de las comunidades indígenas. Estas dimensiones alcanzan mayores contrastes en sociedades como las de Bolivia y Ecuador, donde los índices de población rural e indígena son mayores que al de naciones de población mayoritariamente urbana y economías mono productoras como la venezolana. Es desde esta multiplicidad que se introducen conceptos de nuevas economías que intentan integrarse a lo existente con un carácter alternativo con aspiraciones hegemónicas.

Conceptos de economía

Luego de deslindar generalizaciones del pensamiento teórico dominante, el autor plantea su definición de la economía como:

“el sistema de normas, valores, instituciones y prácticas que se da históricamente una comunidad o sociedad para organizar el metabolismo seres humanos-naturaleza mediante actividades interdependientes de producción, distribución, circulación y consumo de satisfactores adecuados para resolver las necesidades y deseos legítimos de todos, definiendo y movilizando recursos y capacidades para lograr su inserción en la división global del trabajo, todo ello de modo de reproducir de manera ampliada (Vivir Bien) la vida de sus miembros actuales y futuros así como su territorio”.

Para el autor, esta definición se contrasta frente a la economía de mercados, modelo neoliberal que caracteriza de la siguiente manera:

a. el mercado libre y sus reglas del intercambio: se intercambian cantidades de mercancías con valores equivalentes, en base a precios, incluido el de la fuerza de trabajo, que se determinan por el juego de oferta y demanda  agregadas, sin pretensión de justicia;
b. la existencia de un equivalente universal, el dinero con sus múltiples funciones, condición para la acumulación ilimitada;
c. la propiedad privada de mercancías;
d. la definición de la tierra, el agua, la fuerza de trabajo y el conocimiento como mercancías ficticias transables y apropiables privadamente;
e. los satisfactores como bienes o servicios producidos para su venta en el mercado;
f. los actores económicos son personas físicas (individuos) o jurídicas (empresas) en un pie de igualdad de derechos, que son pautados para actuar racionalmente según las normas propias del utilitarismo (cada uno busca su máxima utilidad individual);
g. la legitimidad de sus necesidades y deseos es establecida a nivel individual por la capacidad de expresarlas como demanda individual solvente en el mercado y no en relación al conjunto de necesidades.

La economía social y solidaria se vienen planteando como alternativas al carácter depredador del capitalismo.  La primera se reconoce a partir de la organización del trabajo “autogestionado” y de “reproducción de las unidades domésticas y comunidades mediante la producción de valores de uso (en el límite: prácticas de sobrevivencia) y de admitir que la inclusión por vía del empleo en el sector capitalista ya no es una opción factible para las mayorías”. El carácter social de esta economía deviene de la caracterización que impone sobre lo natural, el aparato institucional y simbólico de la vida en sociedad: “lo económico no puede existir fuera de la naturaleza, sin lo material, pero tampoco fuera de lo simbólico, la cultura y la política; pretender lo contrario es propiciar, como el neoliberalismo, que se liberen automatismos que han mostrado ser destructivas de la vida”. Finalmente, el alcance solidario de la economía, supone la transformación del principio hegemónico del libre mercado.

En economías mixtas de hegemonía capitalista como las latinoamericanas, Coraggio plantea otra variación alternativa como la de economía popular. La cual define como:

La economía de los trabajadores, es decir de aquellos miembros de la sociedad cuyas unidades domésticas dependen de la realización de sus capacidades de trabajo para obtener su sustento, fundamentalmente combinando trabajo para la producción de satisfactores de consumo doméstico con trabajo para producir bienes o servicios para la venta en el mercado y con trabajo organizado por patrones que contratan a los trabajadores como fuerza de trabajo por un salario. Los ingresos por venta de productos y por salarios, así como las transferencias monetarias recibidas por los miembros de las unidades domésticas, integran un fondo de gasto de consumo común utilizado para la adquisición de bienes y servicios a los que se suman los bienes y servicios producidos para el propio consumo. Aunque en lo interno las unidades domésticas de los trabajadores (populares) se organizan por la reciprocidad (don/contradon simétrico) y se orientan por la reproducción de la vida de todos sus miembros, la solidaridad no es el comportamiento social propio ni siquiera predominante entre las unidades deomésticas o entre las comunidades de la economía popular realmente existente”.

Sin embargo, la apuesta del autor se enfoca en el desarrollo de economías comunitarias, que materializan en el territorio, la acción social y política de un sistema emergente, el sistema comunal.

“Frente a la propiedad privada y el trabajo enajenado se plantea la propiedad colectiva de los recursos y un usufructo privado, con apropiación de los productos del propio trabajo en forma familiar/individual. La colectividad es la que decide quién accede a las condiciones para la vida y puede decidir también tener representantes con autoridad delegada que, sin embargo deben ser rotativos, cumplir la función por obligación hacia la comunidad y mandar obedeciendo al mandato que reciben. Este sistema produce bienes públicos, pero no se reciben como puros derechos por el mero hecho de existir sino como contrapartida por la participación de los individuos en la colectividad y en el cumplimiento de funciones que ésta les asigna. Tiene rasgos culturales que implican una línea de avanzada dentro de la economía popular y solidaria, en particular su visión holística, que incluye la no separación entre la sociedad y el metabolismo con la naturaleza así como la centralidad del trabajo”.

El autor se compromete con este marco conceptual, donde las formas comunitarias de organización económica son parte de la economía popular solidaria, por su naturaleza plural y porque admite diversas formas para articularse con varios principios de una economía mixta (estatal, privada y social) protegiendo los principios de reproducción doméstica, reciprocidad y redistribución (progresiva).

Frente a los retos de la reterritorialización de las sociedades y economías multi éticas, Coraggio plantea la imperante necesidad de admitir que históricamente en Latinoamérica se vienen distanciando de forma irreversible grupos sociales de sus comunidades de origen. Se trataría entonces de ir más allá al reconocimiento del impacto irreversible que el “contrato social” propio de la modernidad ha tenido sobre nuestras sociedades y
Comunidades. Para ello el autor plantea varios ámbitos de acción:

a) pasar de un paradigma de sistema político basado exclusivamente en los individuos y sus asociaciones a uno que incluye además a las comunidades y a la naturaleza como sujetos de derechos;
b) pasar de una definición de ‘ciudadanos incluidos’ que ha seguido excluyendo a grandes sectores de la sociedad y a comunidades enteras en razón de su status ocupacional, la edad, su residencia, el género, la etnia, a una definición que incluye a todos y a la naturaleza;
c) ampliar la solidaridad, del predominio de la solidaridad entre iguales a la solidaridad entre diferentes, y en particular admitir la multiplicidad de formas del mundo de la vida popular y de proyectos de buena vida;
d) romper con el sistema patriarcal y la división público/privado que, entre otras cosas, reconoce como económicas y productivas solo a las actividades que producen valores de cambio mientras desplaza a la esfera privada formas sustanciales del trabajo de reproducción social.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Llegado el momento...

No han sido pocas las ocasiones en que me he sentido tentado a escribir lejos de todo rigor formal. Nunca me puse en ello, hasta ahora. A ver que sale...